Nuestros inicios

La Paz

 

 Llevad mi yugo sobre vosotros, porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”  Mateo 11:30

 

Un grupo de hermanos en Cristo asumimos la carga que el Señor había puesto en nuestros espíritus para predicar el evangelio, hacer discípulos y establecer el reino de Dios, y la ejecutamos en nuestros límites territoriales, en ese entonces, la capital del departamento, la ciudad de La Paz.

Para este propósito levantamos intercesores (Zacarías 12:10), en primera instancia de diversas denominaciones, y así convocamos al pueblo del Señor para tiempos de oración e intercesión  por nuestra ciudad. Como parte de esta intercesión realizamos también la cartografía espiritual de la ciudad. Sin embargo, los cielos miraron más lejos de lo que nosotros podíamos ver…

El corazón del Padre y su voluntad para Bolivia es que, entre las naciones salvas, esté nuestra nación (Apocalipsis 21:24).

Fue así que la voz del Padre nos llevó a la raíz, a la razón de ser de nuestra patria, Potosí. De esta manera, volcamos nuestra mirada a ese bello bastión  que escondía las llaves de las riquezas de las naciones.

 

 

Potosí

 

s de 70 intercesores comenzamos un clamor, parados sobre la promesa que recibimos:

 

"Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra". 2 Crónicas 7:14

 

Y así desde los cielos y la eternidad, comenzó el proceso de transformación Bolivia, sanando y limpiando primero su casa a través del arrepentimiento identificativo. Más de 200 ministros de diferentes denominaciones de la Iglesia de Potosí reunidos en el Hotel Cuarto Centenario,  ministrados por el precioso Espíritu Santo, tuvieron un tiempo de perdón y reconciliación, los cielos y tierra fueron conmovidos por esta acción desatándose un fuerte viento sobre el lugar, fue cuando comenzó la manifestación de la Gloria de Dios.

 

 

Se abrió el camino, el arma más poderosa, el amor encarnado iba delante como poderoso gigante y subieron los valientes, invadieron la heredad, Jehová de los Ejércitos, abrazó una ciudad. Los ejércitos celestiales movilizados como respuesta al clamor de la oración y ángeles, con instrumentos acampando esperaban las instrucciones de los generales de guerra, y…

ALELUYA!!!!  nada pudo impedirlo, el Rey de gloria, Soberano de los Reyes de la Tierra, Rey de Reyes y Señor de Señores, Sol de Justicia, trajo libertad, desató sus cadenas, quebró sus ligaduras, se removieron los cimientos y José fue levantado para gobernar, estableciendo los diseños  celestiales en la tierra extendiendo el Reino de Dios y su justicia con poder y entonces se levantó el decreto:

 

“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.

Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones. Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores. Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria seréis sublimes. En lugar de vuestra doble confusión y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades; por lo cual en sus tierras poseerán doble honra, y tendrán perpetuo gozo.

Porque yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto; por tanto, afirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto perpetuo. Y la descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus renuevos en medio de los pueblos; todos los que los vieren, reconocerán que son linaje bendito de Jehová.

En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.

Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones”. Isaías 61